Daños por fallecimiento

La familia de la persona fallecida también pueden sufrir daños, por ejemplo, si la persona fallecida era titular de una obligación de alimentos en su favor. En caso de que un tercero pueda exigir responsabilidad por ello, es posible resarcirse de los posibles daños. Por ejemplo, si una víctima fallece a causa de un accidente de tráfico o de trabajo o de una enfermedad profesional.

La legislación establece qué daños y perjuicios pueden resarcirse y qué familiares tienen derecho a ello. Además de la pérdida por los gastos de manutención, se trata a menudo de los gastos del funeral, en la medida en que no estén cubiertos por un seguro. Los costes asociados a la tramitación de un caso de este tipo pueden reclamarse a la parte responsable.

La experiencia demuestra que la gestión de los trámites de daños por fallecimiento es un proceso complejo y emocionalmente estresante. Por lo tanto, le aconsejamos que recurra a un experto, estamos a su disposición para explicarle y asesorarle.